[...] A casi todos los que vivimos de este lado del mundo, condicionados por nuestra educación, nos cuesta renunciar a la idea de ser los que producimos el cambio. Nos sentimos obligados a hacer y complacidos de creer que fabricamos cosas desde la nada.
Los orientales, en cambio, con otra serenidad y convencidos de que están haciendo todo lo posible por no interrumpir el devenir, pueden esperar a que ese algo suceda sin necesidad de ser los que activamente intervienen en que se produzca.
Les cuesta decidirse a iniciar el proceso y actuar sobre esa realidad para modificarls a su conveniencia o a la de todos. A nosotros nos cuesta aceptar su pasividad; y a ellos, por supuesto, les molesta nuestra urgencia.
Estamos condicionados por mitos diferentes [...].
Los orientales, en cambio, con otra serenidad y convencidos de que están haciendo todo lo posible por no interrumpir el devenir, pueden esperar a que ese algo suceda sin necesidad de ser los que activamente intervienen en que se produzca.
Les cuesta decidirse a iniciar el proceso y actuar sobre esa realidad para modificarls a su conveniencia o a la de todos. A nosotros nos cuesta aceptar su pasividad; y a ellos, por supuesto, les molesta nuestra urgencia.
Estamos condicionados por mitos diferentes [...].
El camino de Shimriti - Jorge Bucay