martes, 7 de octubre de 2008

BP

La vida del trabajador no es especialmente dura por tener que levantarse, pongamos un ejemplo, a las 6.10 h de la mañana, para tener que viajar en coche a renglón seguido, algo más de una hora, completamente absorto en la visión de las luces de posición de los coches precedentes, preocupado de que no se acerquen demasiado a uno.

No es especialmente dura, digo, aunque uno haya tenido que estar 5 días entregado a la única tarea de leerse 5 tochos de procedimientos y reglamentos de refinería, sin haber tenido un momento de distensión mental debido a que todavía no me había sido facilitado un sencillo ordenador hasta hoy, y debido también a que, ahora al principio, mi cerebro intenta asimilar toda la información que entra por los oídos como si mi vida o mi futuro dependiese de ello.

En cambio es atroz cuando me descubro espiando las manos de las empleadas hermosas, con objeto de comprobar su estado civil, cuando una semana antes sólo me preocupaba si las chicas tenían novio o no, o si su edad realmente se correspondía con su apariencia. Es atroz también sentirse el último mono de un circo gigante, y hasta un cotidiano plantón para comer resulta el más desmoralizante ultraje.

Por suerte, un montón de pequeños detalles se dejan descubrir para hacer la estancia de prácticas en BP Oil Castellón más llevadera las primeras semanas, como por ejemplo que los menús les cuestan 0,50€ a los empleados, que la atmósfera de trabajo y el compañerismo son más que buenos y que, con un poco de suerte, tendré la ocasión de progresar en muchas facetas ingenieriles si, al final del cuento, mi futuro no termina apuntando allí.

Así como anécdota coorporativa podría añadir la de que a mi madre, durante muchos años y hasta hace relativamente poco, le dio por asegurar que las siglas BP se correspondían con "Bienvenido Pérez". El por qué de esa deducción, ni ella misma lo sabe... Debe tener algo que ver con el día que decidió también creer que los postes de "SOS" de las autopistas anunciaban arroz...

Quería dedicar último y breve párrafo a presentarle mis loores a Daniel Bolufer, un viejo camarada que apareció de la nada para firmar un post excepcional en la última entrada, y a quien prometo, poniendo a los lectores por testigos, escribirle un correo digno para estrechar de nuevo nuestros lazos.

Ya imaginaba yo que el tema de las gabachas es como las almorranas; hay más gente de lo que creemos sufriéndolo en silencio...


P.D.: Julián Mora y su ínclito amigo cantautor David Sales versionan "Te lo dije" de Quique González. En la próxima entrada, conoceremos de cerca a este nuevo fenómeno musical.

1 comentario:

Saül dijo...

Com de quasi tot el que escrius en esta entrada (excepte Bienvenido Pérez) ja hem parlat personalment, vull comentar soles la cançó.

Molt profesional la grabació, sona molt be, música i veu.
Encara que supose, que és perque a mi m'agrada tant la versió amb Miguel Rios, crec que a la vostra versió li falta intenció i mala llet, però pa gustos colors.

Te vas perdre un gran final de festa dimecres, bobo...

Au fenòmen, ja he vist que tenim reserva per al dimecres, així que ens veiem.