martes, 30 de septiembre de 2008

Tiro por la culata

Dícese de la expresión popular usada para describir el resultado de una planificación o idea cuyas expectativas eran completamente opuestas.

Cuando elegí ser alumno mentor de un Erasmus, solicité expresamente fémina alemana o, en su defecto, fémina germanoparlante, lo que me abría de alguna manera las puertas a Austria y Suiza. Quizá debí haberme dejado de ostias y haber optado en el campo 'nacionalidad' por Polonia.

El caso es que supe al poco que una tal Jana Müller me había sido asignada. Inevitablemente comencé a hacer cábalas de cómo tendría que ir todo. Le mostraría mi simpatía por correo, la recogería en el aeropuerto, la asistiría en los primeros días y, con el tiempo, esperaría introducirme entre su grupo de amigos/as Erasmus para tener de dónde picar un poco.

Y lo cierto es que mi plan no poseía, así a groso modo, ningún otro cariz que no fuese altruista. Pero de alguna manera, el 'Comité Celestial de Acciones Impuras' (C.C.A.I.) debió reconocer una veta de deshonestidad en mis acciones, y resolvió premiarme con una alemana parda y poco despabilada, que se vino acompañada de su novio durante la primera semana, y que una semana después de haberse ido todavía no había hecho ningún amigo/a. Y es que, en hacer amigos, los alemanes son una extirpe aparte.

Dios, si existe como el bosón de Higgs, sabe bien cuán notorias son las molestias que, pese a todo, me he tomado con la alemana. Por eso me encomendé a Él para que lo obrase todo con vistas a que Jana terminara en un piso con jóvenes simpáticos y con sangre en el cuerpo. Pero Dios estaba de vacaciones, y Jana fue a terminar en un piso cerca de la playa, al lado de un barrio de gitanos, viviendo con dos francesas jovencitas.

Bien es conocido por todos mi rechazo por todo lo relacionado con Francia, especialmente su lengua y sus mujeres. Así que, por mi calidad de francófobo (debería de editar una entrada en la Wikipedia para este término) no contaba con que, la cena de 'bienvenida al piso' (Einzugsabendessen) fuese para tirar cohetes.

La buena de Jana preparó algo ligero para las 8 de la tarde: 'Bratkartoffeln mit Rüherei', que viene a ser patata asada con huevo revuelto con bacon. Y las gabachas, óbviamente, se ajustaban a los estereotipos que abomino. La una daba un 'match' al 98% con esa francesa estirada, bohemia, con morritos y poco comunicativa que todos tenemos en la cabeza. La otra, aunque algo más maja pero, al mismo tiempo, desconfiada, rozaba los 1.55 m de altura, era la viva imagen de Javier Aller, que recordaréis de algunas perlas del cine español como: 'El robo más grande jamás contado', 'El milagro de P. Tinto' y 'Mortadelo y Filemón'.


Hay cosas que al hacer resumen sólo aciertas a decir: "podía haber ido algo mejor".

P.D.: Con Edith Piaf, mi francofobia hace la vista gorda...

3 comentarios:

Àlbert dijo...

Jaja! Això te passa per despreciar-me a les franceses, amb lo boniques que solen ser xe!

Encara que ara estic més interessat per polaques i daneses, però he de fer els deures...

Molt graciosa la teua teoria sobre A1 i P1, i així hauria d'haver sigut la nit, però malauradament P1 només participà en el sopar perquè tenia una altra festa...

L'11 d'octubre tinc una house-warming party en casa nostra que ho anem a donar tot. Espere que P1 s'anime!

Que vaja molt bé el primer dia en BP!

Ja parlem! Abracets!!

àlbert

Anónimo dijo...

Lo que no te ocurra a tí... jaja, me ha encantado la anécdota! Estaré pendiente de próximos episodios en los que el cruel (y con sentido del humor) destino te ponga a prueba (a tí y tu inocente altruísmo ^^).
Un beso juli! Y mi más sincera enhorabuena, señor Ingeniero!(lo que daría yo por tener ya el titulo bajo el brazo...)
Nos vemos en Madrid? en Valencia? Mal sehen :)

Anónimo dijo...

Querido y desaparecido viejo compañero:

No he podido resistirme al leer su mala fortuna a la hora de encontrar cobijo para su compañera alemana. Si a eso le añadimos el factor gabacho, tengo que reconocerle que no he podido aguantar dedicarle unas líneas en su blog. Primero de todo, déjeme felicitarle por su táctica Erasmus, porque también es la que yo uso, utilizar un peón insignificante para llegar a la reina es buena opción, aunque puede que sin quererlo tengo junto a usted una reina poderosa de rasgos eslavos o nórdicos, entonces aunque no lo parezca, la partida cambia de figuras, que no de tablero, y el objetivo es comerse a la dama.
Ahora mismo me encuentro en la ¿Capital de Europa? Llámelo Bruselas, aunque la huelga general de hoy y el caos político y social que gobierna un país a veces tercermundista, hace a uno plantearse muchas cosas. Las francesas son una caja de sorpresas, eso si, la caja por fuera luce un lazo rojo de seda y por dentro polvo y porquería. ¿Sabía que en la Francia de Sarkozy las fregonas son 'non gratas' en las casas de los ciudadanos? El agosto pasado conviví para mi desgracia con dos chicas de Rennes. Nunca fui de creer en leyendas urbanas, pero puedo asegurar que las francesas no limpian, en realidad esconden la mierda bajo sillón, sofá o silla que se precie. Eso si, los líderes sin discusión a la hora de ser vegetarianos, reciclar y todo lo que huela...a bohemio con sello gabacho. Pasaron un mes por mi vida y juro a Dios que intentaré no volver a compartir mis cubiertos, platos y papel higiénico con tales personas, aunque lo del polvo entre sábanas con olor francés es otro cantar. Dios, que supo cuánto sufrí, me envió dos ángeles alemanes (sin sexo) para poder disfrutar mis últimas semanas, sin olvidarme de la musa belgo-siciliana que hace lo posible para que me vaya de aquí y recite algo bello, aunque sigo pensando que el francés es una lengua estéril a la par que complicada (muy complicada) en la mentira de la UE.

Espero leer pronto otro fragmento suyo.

Cuídese...




D.Bolufer